El "Portabebés" (fulares, mei tai o mochilas) no es solo un método para llevar o transportar al niño, si no es una forma de crear vínculo entre el bebé y sus padres. Va muy unido a lo que vimos del "Método canguro". Se han ido utilizando a lo largo de toda la historia y por diferentes culturas, y se supo que el contacto de piel con pie contribuía a favorecer el desarrollo de muchos de los sistemas que aún no estaban completados, como por ejemplo el respiratorio.
Es un método que está lleno de ventajas tanto para la madre (y también el padre) como para el bebé. Entre otras muchas encontramos:
- Como sabemos, el bebé está en continuo contacto con el adulto, lo que le provoca seguridad y protección. Siente vuestra respiración, ritmo y sonido del corazón o vuestro olor.
- Algunos estudios han demostrado que incluso contribuye a la producción de leche materna, gracias al olor del bebé, al contacto físico y a las demás sensaciones que producen y facilitan su proceso.
- Debemos reconocer que ofrecen confort y son muy prácticos. Te permiten realizar actividades de la vida diaria con mayor normalidad y acompañada/o de tu bebé, ya que las manos quedan libres y podéis atender a varias tareas al mismo tiempo.
- Podéis realizar acciones mientras tenéis "pegado" a vuestro bebé (como bailar, relacionarte...), que le ofrecen un entorno estimulante que favorece su aprendizaje y ritmo del desarrollo.
- Tener cerca a vuestro bebé os permite conocerle y comprenderle mejor. Os permite anticiparos a sus necesidades, a estar más relajados y transmitirle así armonía y felicidad.
- La posición que adquiere el bebé en la bandolera le ayuda a expulsar gases y disminuir el reflujo.
- Es muy positivo para su desarrollo emocional, por desarrollar seguridad y confianza, estableciendo vínculos seguros con vosotros e ir adquiriendo poco a poco independencia.
- El portabebés estimulará el desarrollo general y cognitivo de vuestro bebé. El contacto y la exploración del mundo, les hace estar más tiempo en estado de alerta y conexión con el entorno.
- Genera beneficios también respecto a su desarrollo físico en general: tu respiración tranquila, el latido del corazón, el calor, el olor, la voz, el movimiento... todo ello contribuye en el bienestar del bebé y en estimular positivamente su postura y equilibrio.
Para llevar y elegir nuestro portabebés hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:
- Elegir aquellos en los que el bebé se sitúe sentando con la espalda recta y la cara mirando hacia vosotros.
- La posición de las piernas deben mostrar un ángulo recto (es una posición que suele adquirirse naturalmente, aunque debemos tener en cuenta que las piernas deben estar abiertas y las rodillas bien flexionadas). Pero nunca fuerces la posición de las piernas, recuerda que es el portabebés quien debe adaptarse a él.
- La espalda debe estar bien apoyada y el portabebés lo suficientemente tenso para sujetarla.
- Es importante el apoyo de la cabeza (sobre todo en las edades más tempranas), para su fortalecimiento muscular y sujeción.
- Recuerda que la forma del portabebés y su utilización debe evolucionar con el crecimiento del niño.
- Mostrar especial atención si nuestro bebé tiene discapacidad y/o hipotonía muscular. Cuidar su fortalecimiento, postura, sujeción, exploración y estimulación (visual, auditiva, cognitiva, del entorno....)